Dos candidaturas presidenciales están ante nuestros ojos para la segunda vuelta electoral del 22 de noviembre.
Pero no se trata sólo de dos personajes, ni sólo de sus capacidades o condiciones éticas y morales.
Macri, disfrazado de un festivo ropaje publicitario y apoyado y protegido por los grandes medios de comunicación, representa el fin de un ciclo de reformas de recuperación de derechos populares, de democratización y de unidad latinoamericana que hemos vivido en estos años, y por sobre todo, un retorno agravado a lo que soportamos en los años 90, con endeudamiento, desindustrialización y consiguiente desempleo, hambre, miseria, caos y represión.
Macri es el representante directo y dilecto de los monopolios extranjeros, de los bancos y las corporaciones transnacionales, de la entrega del país.
Scioli expresa un heterogéneo conjunto de fuerzas que permitiría mantener abierta la posibilidad de radicalización de los cambios en un sentido democrático, popular y antiimperialista, en la medida que se fortalezcan la unidad, la organización, el protagonismo y la movilización popular y se avance en la necesaria conformación de una fuerza social y política para la liberación nacional y social. Por lo tanto no nos resulta indiferente el resultado del balotaje.
Especialmente cuando toda América Latina sufre una contraofensiva impulsada desde los EEUU para volver a colocar a la región como “patio trasero” de los EEUU.
Por ello, el Partido Comunista llama a votar el 22 de noviembre a la fórmula presidencial del Frente para la Victoria integrada por Daniel Scioli y Carlos Zannini en el entendido de que se trata de frenar un retorno a los tiempos de Menem, De la Rúa y Cavallo que tanto daño produjeron a nuestro pueblo y a nuestro país.
Votar en blanco, por otra parte, significaría fortalecer desde la neutralidad y la indiferencia, a la derecha neoliberal y antipopular.
En conjunto con otras fuerzas y personalidades de izquierda y populares hemos hecho recientemente un pronunciamiento programático para marcar desde donde respaldamos la fórmula del FpV, que incluye la lucha por la defensa del salario y los derechos de los trabajadores y el pueblo, por una reforma impositiva para que paguen más los que más tienen, por una ley que limite el poder de los bancos y establezca una banca pública de desarrollo, por el impulso de la economía popular, por los derechos de la diversidad y la legalización del aborto, por la reafirmación de las políticas de derechos humanos, por una transformación del poder judicial y el sistema penitenciario y por una reforma constitucional que sirva de base a las transformaciones estructurales que el país necesita, entre ellas la recuperación de la renta minera para el Estado Nacional.
Por eso el 22 de Noviembre, votamos Scioli y Zannini
Y desde el 23 en adelante y como siempre, militamos por la unidad, la construcción de poder popular y la movilización para la liberación nacional y social.