El 24 de marzo los comunistas llamamos a participar activamente de las movilizaciones en todo el país, denunciando al golpismo en nuestro continente.
En estas tres décadas posteriores al retiro de la dictadura, la movilización popular constituye uno de los mayores símbolos de lucha por memoria, verdad y justicia, contra el terrorismo de Estado, por la defensa y ampliación de la democracia para el campo popular.
Las luchas del movimiento popular en su conjunto y el aporte de las nuevas generaciones que se han incorporado han sido decisivos para avanzar en la reconstrucción de la memoria histórica. Junto a ellas, miles de víctimas de aquella afrenta contra la humanidad pudieron sentar en el banquillo de los acusados a los responsables de poner en práctica la represión contra mujeres, niños, jóvenes, trabajadores que luchaban por una patria con soberanía y justicia social.
La movilización de masas y el esfuerzo de importantes movimientos de derechos humanos y fuerzas políticas y sociales, entre ellas nuestro Partido -hoy querellante en los juicios- consiguieron la anulación de las leyes de impunidad impulsada por el gobierno de Néstor Kirchner, logrando condenar a decenas de criminales del terrorismo de Estado, entre ellos a los principales referentes de la dictadura militar, como Videla, Bignone, Riveros, Massera, Menéndez, entre otros.
Son importantes los avances en el juzgamiento de los militares y necesitamos que se avance con más fuerza en los juicios también a los responsables del poder económico concentrado de carácter imperialista, principal promotor e inspirador de la dictadura y el terrorismo de Estado, en coordinación con las dictaduras de la región a través de siniestros operativos como el llamado Cóndor.
Todas y cada una de estas conquistas enfrentan hoy la política desestabilizadora de las derechas que han hecho aprobar las leyes llamadas antiterroristas y puesto en marcha una serie de acciones a las que eufemísticamente denominan “golpes suaves”.
Quieren hacer retroceder el proceso de cambios, centrando su ataque en el hermano pueblo venezolano y en otros países, incluido el nuestro. Detrás de esas acciones esta la mano del imperialismo norteamericano que hostiga a todos los gobiernos de la región al igual que lo hace en otros lugares del mundo.
Argentina como otros países del continente ha avanzado de manera importante en alejarse de las políticas neoliberales y de saqueo que asolaron el país en los noventas. Los comunistas valoramos ampliamente todas las decisiones de gobierno que representan un avance para nuestro pueblo y tenemos la obligación de alertar también sobre los peligros que debemos enfrentar de cara a los tiempos futuros.
Para nadie es ajeno que el proceso inflacionario argentino está vinculado con la puja distributiva que el empresariado ejerce sobre los salarios de los trabajadores. Los que quieren el ajustazo han desatado la guerra económica contra nuestro país, contra nuestra moneda nacional y la capacidad adquisitiva de los trabajadores y el pueblo en general.
Esas son las razones que promovieron la devaluación que decretó el gobierno y hoy se está haciendo sentir en todos los hogares. Los comunistas denunciamos a los acaparadores, a los especuladores y a los golpistas que buscan imponer un ajuste económico, vía devaluación, fuga de capitales, extorsiones, articulando el discurso del terror a la desocupación, que es amplificado por los medios de comunicación que estigmatizan a los trabajadores en medio de las paritarias nacionales.
Por ello creemos y alertamos que frente a tamañas acciones las medidas adoptadas por el gobierno para hacer frente a la crisis son insuficientes y en muchos casos inapropiadas, y a corto y mediano plazo no resuelven el problema.
Todas las medidas chocan con la dura realidad de accionar con instrumentos que no tienen el poder de control sobre el empresariado y que no están dirigidas a cambiar las reglas del juego como la situación en nuestro país amerita.
La realidad económica y social pide a gritos un profundo viraje en la política económica de gobierno, que se produzcan cambios estructurales, para evitar que la devaluación actúe sobre los sectores más desprotegidos y para que fundamentalmente no sean los sectores económicos concentrados los que salgan favorecidos en esta pelea, que tiene una fuerte implicancia de cara a las próximas elecciones presidenciales de 2015 en nuestro país. La derecha quiere que este proceso de crecimiento se termine con el gobierno o antes si pueden. Para ello han dado pasos importantes en la ocupación del espacio político nacional, agrupándose en un frente de oposición y también al interior de la fuerza política que lidera la presidenta Cristina Kirchner.
Los comunistas lejos de dar por cerrado el proceso en Argentina alertamos sobre los propósitos de quienes hablan de un “fin de ciclo” y de “alternancia”.
Son muchos los sacrificios que ha realizado nuestro pueblo para llegar hasta acá y es necesario mantener abierto el rumbo acelerando las transformaciones sociales con mas empoderamiento popular y resistencia a las medidas anti populares.
Para ello proponemos dar un gran debate sobre los cambios que son necesarios en este momento, y sobre todo que tipo de fuerza política se necesita para llevarlos adelante, reconociendo que tenemos por delante casi dos años de trabajo en unidad y organización.
Con estas ideas por delante, somos co-fundadores de muchos de los espacios que hoy discuten qué camino tomar frente a esta nueva situación.
No desestimamos bajo ningún punto de vista la capacidad de acción que pueda tener el gobierno en función de estos desafíos y llamamos la atención sobre la necesidad de avanzar en el proceso de empoderamiento popular y la articulación política para aportar a que los cambios que vengan en el futuro sean de profundización, con más democracia y distribución de la riqueza.
Con este espíritu combativo, y los sueños intactos de nuestros queridos treinta mil, marchamos con alegría este 24 de marzo.