Bajo la consigna mentirosa de la libertad, el DNU abiertamente inconstitucional del gobierno de Javier Milei busca destruir los cimientos del derecho laboral y de la soberanía nacional en distintos aspectos, y garantizar el saqueo y la entrega de nuestro país.
La búsqueda de limitar el derecho de huelga para determinados rubros de trabajo como educación, transporte, salud, energía, entre otros, así como la modificación de la ley de empleo público, la extensión arbitraria del período de prueba comprendido en la Ley de Contrato de Trabajo, el recorte de las indemnizaciones, la eliminación del pago por horas extras, etc., son un avasallamiento liso y llano a derechos conquistados por la clase trabajadora, incluidos aquellos que están consagrados en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional.
De este modo, Milei y su banda intentan volver a instalar una reforma laboral reaccionaria que, a contramano de lo que se discute en el mundo, como la mejora de las condiciones de vida de las grandes mayorías, con la reducción de la jornada laboral, pondrá a la clase trabajadora argentina en condiciones de semiesclavitud.
La apertura a la privatización de los medios públicos, de YPF, de la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos, de ARSAT, de Aerolíneas Argentinas y de las empresas estatales en general, son una subasta al mejor postor del patrimonio construido con el trabajo acumulado de generaciones enteras y la pérdida de nuestra soberanía.
Este verdadero decretazo, sumado al protocolo represivo de Bullrich, es una declaración de guerra contra lxs trabajadorxs y el pueblo. Es la violencia de la clase dominante en toda su expresión, buscando retrotraer la historia hasta antes de la creación de los sindicatos y organizaciones obreras.
No hay otro camino que la organización y articulación de todas las peleas que haya que dar. Es momento de unidad pero no para calcular conveniencias o concesiones, sino para resistir. Una vez más, como lo señaló Agustín Tosco, la única división será entre los que luchan y los que se entregan.
Por eso nos mantendremos en estado de alerta y movilización y participaremos con el conjunto de la clase trabajadora y el movimiento obrero en todas las acciones en pos de derrotar este decreto infame, en las calles, en los lugares de trabajo, en el Congreso y en el Poder Judicial.
En defensa de todos los sectores agredidos por el régimen de Milei, vamos por la coordinación de todas las luchas, por el paro general y una gran marcha federal multisectorial.
¡Abajo el DNU de saqueo y entrega!