Durante la segunda ola neoliberal en Argentina, el presidente Carlos Menem continuó la política iniciada por la dictadura empresarial, eclesial, cívico y militar con la privatización de empresas estratégicas del Estado. Dejando, de este modo, sin recursos genuinos al Estado Argentino y sin posibilidades de regular los mercados donde intervienen empresas multinacionales.
Algunas de las principales medidas fueron el desmantelamiento de los Ferrocarriles, la privatización de parte de la banca pública, la disolución de la Junta Nacional de Granos y la privatización de los Puertos argentinos y la concesión de territorio costero fluvial y marítimo para la instalación de terminales portuarias multinacionales.
Además de estas medidas de vaciamiento del Estado, se privatizó el tránsito sobre el Río Paraná, conocido como Hidrovía Paraná-Paraguay.
El Decreto 817/92, firmado por Menem, disponía la Reorganización Administrativa y Privatización del Transporte Marítimo, Fluvial y Lacustre. Practicaje, Pilotaje, Baquía y Remolque. Regímenes Laborales. Disposiciones Generales. Respaldado por la Ley 23696, de Reforma del Estado.
La Ley de Reforma del Estado contemplaba la venta de la empresa Líneas Marítimas Argentinas y la concesión de los servicios a cargo de la Administración General de Puertos, la que era disuelta. Creaba la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables con el fin de privatizar los Puertos Argentinos y las vías navegables.
Uno de los componentes políticos esenciales de esta transformación del Estado Nacional fue abandonar definitivamente la sustitución de importaciones y el valor agregado a la materia prima. Para complementar este meganegocio de las multinacionales contaba con el aporte del entonces Ministro de Agricultura, Felipe Solá (hoy Canciller argentino) quien introdujo el paquete tecnológico incorporado al cultivo intensivo a través de la siembra directa y el glifosato.
La privatización de la llamada Hidrovía Paraná-Paraguay comenzó en el año 1995. Un año después, el Ministro Solá abría las puertas al paquete tecnológico que reconfiguró la agricultura y afecta la soberanía alimentaria.
El próximo 30 de abril vence la prorroga de la adjudicación de la concesión de la Hidrovía Paraná-Paraguay que otorgó el gobierno de la expresidenta Cristina Fernández (año 2010) a la firma belga Jan de Nul y la argentina Emepa. La licitación original había sido dispuesta por el gobierno del extinto presidente Carlos Menem, en el año 1995, por el plazo de 15 años.
Ante esta situación se abren sólo dos posibilidades:
- Llamar un nuevo proceso licitatorio y continuar con la privatización del transporte fluvial del Río Paraná (Hidrovía).
- Crear una empresa del Estado para hacerse cargo del transporte y tránsito fluvial por el Río Paraná.
La opción 1 implica no afectar la estructura política del poder real que sostiene el neoliberalismo. La opción 2 conlleva a la recuperación de la Soberanía Nacional y comenzar a recuperar áreas del comercio exterior que deben estar en manos del Estado afectando la estructura neoliberal que nos legaran los gobiernos entreguistas, genuflexos y cipayos de los años 90.
El Decreto 949/20, firmado en noviembre pasado por el presidente Alberto Fernández dispone el dragado y balizamiento del Canal Punta Indio, obliga a que la salida al mundo de nuestras exportaciones se haga desde el Puerto de Montevideo, que pertenece a las multinacionales que operan en los Puertos de Rosafé. Este es un proyecto a la medida de las grandes multinacionales, Cargill, Dreyfus, Bunge y de la Bolsa de Comercio y de Cereales de Rosario.
Además de la concesión de la Hidrovía Paraná-Paraguay, también concluyen este año (2021) todas las concesiones de los Puertos argentinos a las multinacionales que hoy disponen de nuestro comercio exterior. Por lo tanto, no tendría ningún costo para el Estado Nacional recuperar la Soberanía de Nuestros Puertos y la navegación en nuestros ríos.
El neoliberalismo no es un Partido político o una Alianza política, es la forma actual del capitalismo que ha usurpado los recursos que hicieron posible el Estado capitalista de Bienestar, dejando a las naciones con Estados sin recursos genuinos, sin capacidad de orientar el crédito, sin posibilidad de implementar políticas sociales y de obras públicas con recursos propios y obligando a pactar políticas de gobierno con las multinacionales y arrodillarse ante el FMI, el BM y los acreedores de los capitales especulativos que compran los bonos del Estado Nacional.
Este es un momento histórico de recuperar nuestra Soberanía. Es posible y necesario recuperar para el Estado los Puertos y vías navegables fluviales y marítimas.
Diferimos con la idea de que no es posible formar una nueva Empresa Estatal para asumir el dragado y balizamiento del Río Paraná. En primer lugar porque la Empresa belga que hoy tiene la concesión alquila el buque Draga argentino 256-C “Capitán Núñez” y la empresa Emepa utiliza 2 buques balizadores de porte, también argentinos, el 573-B y el 574 B. En segundo lugar, que el personal embarcado y el de los talleres de mantenimiento de Rosario y la Isla Demarchi de la Dirección Nacional de Vías Navegables también son argentino.
De los puertos de Rosafé sale más del 70% de las exportaciones de Argentina. En el año 2019 la facturación anual ascendió a 25.600 millones de dólares. En el año 2020, pandemia mediante y con recesión mundial y caídas de los PBI, la facturación de este mismo sector ascendió a 51.300 millones de dólares. Estas son los datos oficiales, en blanco, pero se estima en, aproximadamente, 20 mil millones de dólares de evasión anual.
Los datos revelan que el tránsito por la Hidrovía Paraná-Paraguay fue, en el año 2018 de 4500 buques. En el año 2020 ascendió a casi 6 mil barcos. Los buques de mayor porte (Panamax) abonan diariamente por transitar la Hidrovía 17.200 dólares diarios, mientras que los de menor porte (Handysize) pagan 10.671 por día.
A estos importes debe sumarse los servicios en Puertos que elevan los costos a cerca de 100 mil dólares diarios. Recordemos que durante el paro de aceiteros que durante 21 días afectó, a fines del año pasado, a las terminales portuarias y al complejo agroindustrial, las multinacionales reconocieron que la pérdida ocasionada ascendía a los 100 mil dólares diarios.
Hemos descripto una parte esencial de la estructura capitalista neoliberal y sus magnas ganancias.
Para llevar adelante políticas contra el neoliberalismo no basta con señalar sus principales actores políticos sino atacar la estructura de poder permanente que lo sostiene. Estatizar los Puertos y la navegación fluvial y marítima que fueron subastadas a precio vil a las multinacionales durante el gobierno de Carlos Menem y que no sufrieron afectación ninguna de allí en adelante, es el camino hacia la recuperación de nuestra Soberanía. Es Soberanía Nacional o sumisión a la globalización imperialista neoliberal. Es Patria si, colonia no. Es soberanía alimentaria. Es atacar a la fuga de divisas, el lavado de dinero, el narcotráfico, la evasión y el contrabando.
El gobierno nacional debe derogar el Decreto 949/20 y decidir el dragado y balizamiento del Canal Magdalena, para que las exportaciones que vienen por el Paraná y que pasan por 7 provincias argentinas (Misiones, Formosa, Corrientes, Chaco, Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires) desemboquen en él, bajo control nacional, con salida directa al Atlántico desde Puertos argentinos.
Debe crear una Empresa del Estado para controlar la Hidrovía Paraná-Paraguay, con participación de los trabajadores de Dragado, Balizamiento y Vías Navegables.
Debe suspender el llamado a nueva licitación de la Hidrovía Paraná-Paraguay sin prorrogar la concesión de la empresa belga Jan de Nul y la argentina Emepa. De no hacerlo se estaría revalidando la privatización de nuestra Soberanía.
Es indispensable refundar la empresa Líneas Marítimas del Estado y crear la Administración Nacional de Puertos, que fuera disuelta por decreto de Menem.
Recordamos que este programa de vaciamiento del Estado Nacional, llevado a cabo por el presidente Carlos Menem, fue producto del Consenso de Washington, el Pacto de Olivos y la Reforma Constitucional del año 1994. Es tiempo de revertir el proceso de liquidación de nuestra soberanía iniciado con el golpe de Estado cívico militar del año 1976.
Estas son propuestas que el Partido Comunista elaboró como PROPUESTAS PROGRAMÁTICAS, en septiembre de 2018, donde señalamos, como una de las medidas de emergencia la “Creación de instrumentos estatales que permitan orientar y controlar el comercio exterior e interno de granos, carnes y energía, de modo tal que la renta de la tierra y el subsuelo no sean objeto de la especulación financiera y factor de poder de los grupos económicos, sino que sirvan para promover el bienestar popular, la igualdad, la justicia y la soberanía nacional construyendo un modelo de producción que parta de satisfacer las necesidades populares con un fuerte mercado interno”
Este es el momento histórico en que debemos, los comunistas, multiplicar esfuerzos para construir un Frente Patriótico por la Soberanía Nacional, junto a todas las fuerzas políticas, sociales y sindicales que estén dispuestas a luchar verdaderamente contra el neoliberalismo y abra el horizonte del Frente de Liberación Nacional y Social hacia la segunda y definitiva independencia de los argentinos.
Comisión política del partido comunista de la argentina,
13 de marzo de 2021.