Los restos mortales del presidente del Partido Comunista Paraguayo (PCP) Carlos Luis Casabianca fueron sepultados ayer en el cementerio de la Recoleta, en medio de cánticos alusivos al PCP por parte de la juventud comunista, que lo recibió con banderas rojas con la hoz y el martillo.
La república pierde a un patriota, el Partido Comunista a un militante comprometido con sus luchas y reivindicaciones; a los amigos les deja un testimonio de lucha y de compromiso, pero también pierden los pobres, los campesinos, los sindicalistas, los marginados y los olvidados por las injusticias y las arbitrariedades. Por lo tanto, ese legado de solidaridad, de fraternidad, de compromiso, es la herencia a recoger y honrar, expresaron.
Evaristo González, en representación del PCP, señaló que la gran preocupación de Luis Casabianca fue cómo enfrentar al poder político actual, al “proyecto Cartes” que, según dijo, significa la entrega de la soberanía nacional al capital extranjero y anular conquistas sociales de trabajadores. “El mensaje que nos deja Luis es que tenemos que unirnos y proyectar un nuevo país derrotando al proyecto Cartes. Esa es la misión que nos deja Luis, la unidad es la única fuerza que puede derrotarlo”, manifestó.