En momentos en que en Argentina se extiende el periodo de aislamiento social para intentar mitigar los efectos de la pandemia de coronavirus, vemos como, salvo en China, donde el accionar del gobierno y el pueblo chinos logro ponerle un freno en estos momentos, la misma se sigue expandiendo por todo el mundo.
El coronavirus ha actuado como una suerte de catalizador de la crisis capitalista mundial, dando una clara muestra de que el capitalismo es el problema y no la solución a los problemas de la humanidad.
Están quedando al desnudo los verdaderos efectos de las políticas neoliberales, sociedades indefensas ante una amenaza de este tipo, sistemas de salud devastados, servicios sociales reducidos a su mínima expresión y la insolidaridad como norma en una economía dominada por las finanzas y la especulación.
Es así que la suspensión de pagos de la deuda y la exigencia de condonación de la misma resulta indispensable, no solo en el contexto de la pandemia, sino para lo que vendrá el día después.
En esta difícil coyuntura, en la cual debemos actuar con solidaridad y responsabilidad, valoramos las medidas adoptadas por el gobierno nacional y el Ministerio de Salud, el trabajo y compromiso del conjunto del personal de sanidad, que genera posibilidades para recomponer un sistema de salud público de calidad y acceso universal. y de todxs lxs trabajadorxs que sostienen la idea de que nadie se salva solo y que se puede recomponer un tejido social solidario y humanista.
Esta recomposición del tejido social está siendo demostrada con la puesta en marcha de mecanismos de solidaridad y ayuda a los sectores más necesitados, aquellos que no cuentan con las condiciones ni económicas, ni físicas, ni habitacionales para sobrellevar esta situación.
De forma organizada, desde diversos espacios políticos-sociales-institucionales, estamos articulando respuestas y atención a las necesidades en salud, alimentación, higiene, contención psicológica, violencia de género, educación, entre otros, para que, desde una mirada de salud integral, se articule y se atienda el impacto social y económico de la situación, que desnuda las desigualdades y la situación de pobreza.
Estas problemáticas, que no son nuevas, se han profundizado en los años del macrismo con una política sistemática de destrucción de derechos e implementación del neoliberalismo lo cual llevo a una situación de degradación de las condiciones de vida, que en el contexto de la cuarentena, se ha revelado de una gravedad extrema y a la que se le debe dar un tratamiento urgente y soluciones inmediatas.
Todo esto, mientras los sectores del poder real ya comienzan a diagramar como será el mundo pos-pandemia, buscan asegurar sus privilegios, desarticular toda respuesta colectiva y solidaria fomentando el miedo al “otro” y el individualismo extremo, promoviendo aún más la mercantilización de las relaciones sociales, en definitiva, no ceder ninguna de sus prebendas, por el contrario, incrementarlas a través de mas concentración económica y disciplinamiento social.
Como no podía ser de otra forma, esta pandemia aparece como un escenario potenciado de la disputa de los pueblos y sus organizaciones, con el poder real.
La experiencia que estamos atravesando, tiene que servirnos para impulsar algunas medidas que permitan no solo enfrentar mejor al coronavirus, sino ir prefigurando el día después de la pandemia y enfrentar el desafío de construir otra sociedad en el camino al socialismo.
Entendemos que resulta central una mayor injerencia de lo público por sobre lo privado, profundizar la intervención estatal a favor del pueblo y contra la especulación que está en marcha y es generalizada.
Ante los constantes y abusivos aumentos de precios en los productos alimentarios que estamos sufriendo en estos días, el ejemplo que se está dando en algunos municipios, donde gobiernos municipales y organizaciones sociales están coordinando el control de precios y la lucha contra el desabastecimiento, debe ser acompañado a nivel nacional con la implementación de la Ley de Abastecimiento, para garantizar el acceso a bienes de primera necesidad, sobre todo a los sectores más necesitados.
Proceder a la nacionalización del comercio exterior, es otra de las medidas necesarias en el camino de asegurar la seguridad y la soberanía alimentaria, la inmediata estatización de la empresa Vicentín sería una buena señal en este sentido. También decretar la prohibición de suspensiones o despidos y disponer severas sanciones para aquellos empresarios que han despedido trabajadores, como en caso de Techint.
Insistimos que la organización y la solidaridad son dos puntales claves para enfrentar esta crisis y prefigurar lo que vendrá, se debe evitar cualquier acción represiva y autoritaria por parte de las fuerzas de seguridad y avanzar en la derogación de la Ley antiterrorista y en la inmediata libertad a Lxs Presxs Políticxs.
Reafirmamos nuestra solidaridad internacionalista como expresamos en las declaraciones conjuntas de los Partidos Comunistas de América del Sur y en la de 75 Partidos Comunistas y Obreros del Mundo. Exigimos que cesen los bloqueos y sanciones a Cuba, Venezuela. Nicaragua e Irán y saludamos el reclamo del presidente Fernández al respecto.
Saludamos a todas las fuerzas del campo popular, quienes con organización y solidaridad están colaborando para superar esta situación y en particular a la militancia de nuestro Partido, de la FEDE, el MTL, el MCL, la CONAT, la Corriente Nacional Lohana Berkins, la Corriente de Jubiladxs Liberación, la Corriente de Universidad, Ciencia y Tecnología Liberación, que cotidianamente y a lo largo de todo el país, reafirman con su militancia su compromiso revolucionario.
Secretariado Nacional
Partido Comunista de la Argentina
31 de marzo de 2020