Ante la histórica reunión de la Cumbre de las Américas celebrada en Panamá, el Partido Comunista saluda la doble reivindicación recibida por el gobierno de la Revolución Cubana. Se incorporó en plenitud en ese espacio político internacional y la victoria inocultable de haber sido recibido el presidente Raúl Castro por su par norteamericano Barack Obama, el último encuentro entre un mandatario de Cuba y uno de EE.UU. había sido en 1956. Estos hechos marcan con claridad que la resistencia, la dignidad, la coherencia con el respeto y el respaldo de la voluntad del pueblo cubano dieron sus puntos y coronaron con un hito fundamental hacia la plena soberanía de la Isla que sólo se logrará con la absoluta liquidación del bloqueo a la que está sometida desde 1960.La incansable lucha de ese pueblo bajo la guía del más grande estadista vivo de la actualidad, Fidel Castro, por la construcción de una sociedad más justa en un marco de integración y solidaridad con sus hermanos latinoamericanos ha acumulado, a pesar de situaciones de extrema dificultad, un poder moral y simbólico de tal magnitud que abrió las puertas a una nueva realidad política en la región, cuyo momento culminante fue el No al Alca en 2005, y obligó a la principal potencia capitalista a sentarse a la mesa para tratar problemas históricos con el fin de mitigar el repudio recibido durante medio siglo de todos los pueblos del mundo. El profundo, analítico y explicativo discurso del general Raúl Castro describió las humillaciones recibidas durante tanto tiempo, reconoció la importancia de verse cara a cara con sus agresores y discutir todos los temas, incluido el retiro de Cuba de la obscena lista de países terroristas y la finalización de una vez por todas del bloqueo, este hecho aseguró, augura tiempos que serán difíciles pero llenos de futuro.
Asimismo, y en el mismo registro, entendemos como auspicioso el encuentro personal de Obama con Nicolás Maduro, la presión sentida por el imperio desde el coro latinoamericano repudiando la inicua “orden ejecutiva” de considerar a Venezuela como peligrosa para la seguridad de los EE.UU. hizo efecto moderando la actitud yanqui, aunque no dando de baja, todavía, al extraviado decreto, cosa que exigimos terminantemente.
En ese marco consideramos de gran importancia la intervención de la presidenta Cristina Fernández quien en una sólida alocución pasó revista a las incongruencias de la posiciones norteamericanas para con nuestros países, atacó el militarismo con cifras y datos ciertos, defendió la presencia cubana y la atribuyó a la lucha digna de su pueblo y gobierno, afirmó la necesidad de continuar con los cambios progresistas logrados en la región y ubicó una posición irrenunciable en la línea de trinchera de lucha antimperialista. Toda una definición programática que sirve de telón de fondo a los debates preelectorales que vivimos los argentinos. No tenemos dudas de que lo acontecido en dicha cumbre tendría que tener un fuerte impacto en nuestro país, y que la intervención de la Presidenta es un aporte valioso para la lucha que llevamos adelante contra las derechas en Argentina y el continente. Saludamos estas jornadas históricas que ponen en un escalón más alto a las demandas de nuestros pueblos y nos convocan a repetir aquella frase que siempre oímos de Fidel, “Ahora nuestro único deber es seguir luchando”.