En un día como hoy merecen honrarse las vitales ideas de Belgrano, Moreno, Castelli, Monteagudo y tantos otros, y luchar para que puedan materializarse los ideales vigentes de mayo de 1810. Cada vez que se dieron pasos liberadores en nuestra patria fue al unísono con la marcha de los pueblos de nuestra América, con los proyectos independentistas concebidos no como una empresa por separado sino como una articulación de talla regional, esa ha sido históricamente nuestra experiencia emancipatoria.
La confrontación antimperialista, ante ocupaciones, golpes, genocidios y saqueos es un signo sustancial de la política latinoamericana, y en nuestro país, un punto nodal de la actual etapa, con la ruptura de las «relaciones carnales» con los Estados Unidos, cuya embajada es organizadora e impulsora principal en la constitución de una fuerza alternativa de derecha y centroderecha en el país, como caldo de cultivo ideal para las maniobras desestabilizadoras del imperio.
La potente y multilateral ofensiva que están desplegando las clases dominantes en nuestro país y en los países hermanos que adoptan posiciones antimperialistas y de izquierda, es clara muestra de que no se resignan a perder posiciones, que ellos sí «vienen por todo».
Los golpes de mercado, su capacidad de aumentar el costo de la vida, su feroz campaña mediática conforman un peligroso caldo de cultivo para legitimar su estrategia restauradora, la continuidad del capitalismo depredador y sus consecuencias. La derecha real, encarnada en las veinte grandes empresas que producen el ochenta por ciento de los alimentos y artículos de mayor consumo, en los verdaderos grupos de poder económico, político y mediático, interviene ferozmente en la puja distributiva, extorsiona y pone condiciones.
Sería muy peligroso que el gobierno y sus aliados políticos pretendamos minimizar hechos de semejante envergadura, extensión y volumen, esta plataforma antigubernamental, donde junto a los reiterados reclamos frente a la inseguridad, adquieren renovadas fuerzas los temas referidos a la inflación, la corrupción y el rechazo a la reforma judicial.
Los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner han avanzado en esta década sobre las cuestiones más filosas del neoliberalismo, haciéndola efectivamente una década ganada, pero falta avanzar en profundos cambios estructurales lo cual, entendemos, es la etapa que debemos asumir sin demoras. Los pasos dados en la distribución del ingreso y otras medidas tomadas por el gobierno constituyen un piso que se debe valorar en su real dimensión y defender ante los embates de la derecha.
Es necesario sin embargo construir una correlación de fuerzas superior con un programa y un plan de movilización popular que interpele y convoque a la mayoría de nuestro pueblo con iniciativas de resistencia y de creación de poder popular, para alumbrar un proyecto alternativo de país.
Marchar por ese camino, constituye la garantía de la fortaleza del Frente Nuevo Encuentro y de Unidos y Organizados, de los que formamos parte, para un proyecto nacional liberador.
Es necesario movilizar a los sectores populares, democráticos y antimperialistas y cumplirles los programas de reivindicación social, rechazar la integración tutelada por los imperios y culminar la expresada en el Mercosur, la Celac y el Alba, rechazar la instalación de bases militares foráneas y denunciarlas, asi como la usurpación de Malvinas, reconquistar el control del subsuelo y los recursos naturales y de las industrias relativas a su explotación, profundizar los cambios para una real redistribución de la riqueza concentrada en el país.
No es posible superar la matriz de desigualdad y las injusticias sociales, apelando solamente a la distribución del superávit estatal, hay que encarar de forma firme y consecuente reformas estructurales profundas que nos lleven a dejar atrás definitivamente la matriz neoliberal que condiciona nuestra economía.
Proponemos la recuperación del patrimonio nacional entregado en momentos del auge neoliberal como la energía, el transporte ferroviario y marítimo y el rescate de los recursos naturales, afectar a las grandes fortunas, a las súper-ganancias, controlar el sistema financiero y gravar su movimiento, el desarrollo rural sustentable, la promoción de la economía social, es decir, avanzar en cambios estructurales en el sistema económico del país.
Proponemos la profundización de la integración latinoamericana y la profundización de la democracia.
Hoy es una jornada emblemática para reafirmar nuestra voluntad política y nuestra decisión política de empeñarnos a fondo para expulsar de Nuestra América al capitalismo con todo y sus relaciones sociales de apropiación y, fundamentalmente, expulsar para siempre la nefasta e irracional cultura de lucro, discriminación, racismo y violencia, de reafirmar nuestra opción por el humanismo militante, por el socialismo en este siglo XXI.
Partido Comunista – Federación Juvenil Comunista