La conmemoración de la asonada militar, de cuya funesta realización han transcurrido ya 37 años, ha contribuido a mantener vigente la memoria histórica para hacer efectivo el NUNCA MÁS, exigiendo el juicio y la condena a todos los responsables, civiles y militares, del terrorismo de Estado
Esa fecha se ha constituido en un verdadero paradigma de la lucha popular organizada, la cual fue deshaciendo la teoría de los “dos demonios” a la par de mantener viva en la conciencia colectiva la necesidad de exigir la verdad y la justicia plenas
En este aniversario, con profundo dolor, asistimos a la partida del Comandante Hugo Chávez. Pero se ha ido para juntarse con Bolívar, San Martín, Sandino, Martí, el Che Guevara y tantos otros que nos seguirán ilustrando e iluminando en nuestro camino de liberación nacional y social. Y también de integración latinoamericana y caribeña, siempre dispuestos a enfrentar y derrotar todos los designios de la derecha neoliberal y sus amos yanquis asistidos por el monopolio informático manipulador y deformador de conciencias
Estos mismos enemigos son los que, además de enriquecerse, auspiciaron, planificaron, financiaron, inspiraron ideológicamente, buchonearon y actuaron en el golpe cívico militar
Por eso es justo continuar avanzando en las denuncias y el esclarecimiento de la responsabilidad del poder económico concentrado, que pensó el plan genocida y sin cuya asistencia y apoyo financiero y logístico, la cúpula reaccionaria militar no podría haber obtenido los logros funestos que lamentablemente alcanzó en nuestro país empañando la historia nacional con 30.000 desaparecidos
El Partido Comunista -que siempre a lo largo de la historia, tanto con gobiernos civiles como militares, fue víctima de la persecución y obligado en muchas circunstancias a actuar en la clandestinidad, en tanto sus militantes más destacados sufrían persecución, represión, segregación de tipo macartista, desocupación, tortura y muerte- se siente orgulloso de haber participado como querellante junto a otras organizaciones populares y familiares de víctimas, en juicios que han logrado ya condenar a cientos de responsables del genocidio
El pueblo, los trabajadores, los movimientos sociales, sindicales, estudiantiles, los partidos políticos no comprometidos con la derecha neoliberal y las organizaciones defensoras de los derechos humanos, conseguimos en conjunto, luego de que se lograra la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto final, producida durante el gobierno de Néstor Kirchner, (cuyo proyecto original fue concebido y elaborado por el ya fallecido diputado comunista Floreal Gorini), avanzar en la realización de juicios y condenas venciendo incluso la resistencia que en varias ocasiones pergeñó la corporación judicial.
Esa resistencia corporativa pudo y puede existir por cuanto el sistema jurídico y el estado de derecho en nuestro país nacieron de las entrañas dela burguesía, elitistas, racistas y machistas y ese rostro horrible se ensombreció aun más cada vez que la Constitución fue vulnerada y mancillada por un golpe de Estado. El endeble sistema de derechos y garantías resultó eliminado con el objetivo criminal de perseguir, torturar, encarcelar o hacer desaparecer a la militancia que luchaba por el acceso del pueblo a todos los preceptos enunciados en la Constitución Nacional, proclamados, pero nunca realizados plenamente para todos.
Lamentablemente, algunas de tales características intrínsecas de la corporación judicial se prolongan hasta nuestros días, sino sería inexplicable que se produzcan libertades para genocidas juzgados y condenados, trabas en el curso de los juicios, demoras injustificables y hasta el desarrollo de sucesivas medidas denominadas “cautelares” con el fin de impedir el normal funcionamiento del Estado conforme a normas legítimamente aprobadas como ocurre, por ejemplo, con la ley de Medios sancionada por otro Poder constitucional como es el Legislativo
Por estas razones, entre otras, los comunistas sostenemos que se debe pensar la cuestión de los derechos humanos, en esta época de cambios y de crisis profunda sistémica del capitalismo, como parte sustancial de la lucha por la construcción de una nueva sociedad: el socialismo
Porque sólo en una sociedad sin explotadores ni explotados, libre, soberana, de paz e igualdad, podrá hacerse realidad tangible la más absoluta y plena vigencia de los derechos humanos
Juicio y castigo a todos los responsables del genocidio
Basta de corporación judicial
Contra la violencia institucional
Por la derogación de la Ley Antiterrorista
Por la equitativa distribución de la riqueza
Fuera ingleses de Malvinas y yanquis de América Latina
Por la integración soberana de América Latina y el Cariba